Cambios de actitudes para erradicar las desigualdades de Género
Ana Lucía Lorío • Capacitación Chichigalpa
Galería de fotos

“En Nicaragua ha venido progresando por la presencia de programas y políticas de inclusión. Y aunque se ha progresado, todavía no han alcanzado en su totalidad, una situación de equidad de género”, expresa Francisca Romero, Presidenta del CAPS Los Ébanos.

Las desigualdades de género, se visualizan cuando una persona tiene privilegios por encima de otra, despreciando y pasando por encima de los derechos del resto de las personas. Reconocer la existencia de un patrón de relaciones de desigualdad entre hombres y mujeres constituye el punto de partida para la modificación de actitudes desiguales en género.

“Estas situaciones de desigualdad siguen siendo un gran obstáculo para el desarrollo humano”; fue la reflexión realizada por CAPS del municipio de Chichigalpa que asistieron a capacitación sobre género los días 16 y 17 de diciembre.

Dichos talleres se desarrollaron en coordinación con la Alcaldía municipal de Chichigalpa,  y el SIMAS, en la que participaron un total de 34 personas de 12 juntas directivas de CAPS (16 hombres y 18 mujeres), fortaleciendo los conocimientos de hombres y mujeres bajo el enfoque de participación e  integración de la mujer en los diferentes espacios. Motivando su seguridad y autoestima a fin que puedan desarrollarse, sin ningún obstáculo dentro de la sociedad. 

Juntas directivas identificaron otras desigualdades

Las desventajas que experimentan las niñas y mujeres son una causa importante de desigualdad. Muchas veces sufren discriminación en la educación, en el trabajo, en el hogar. No todas las mujeres se valoran por su conocimiento y otras porque creen que siendo mujer no podrán ejercer la fuerza necesaria. Esta situación tiene repercusiones negativas para el desarrollo de las mujeres.  

Romero asegura que “en la gestión del agua, cuando los hombres son los que aportan en la economía del hogar, ellos tratan y de limitar y están pendiente en la economía del agua. Sin embargo, ellos no la economizan, ellos riegan, gastan más agua cuando se bañan al final quienes garantizan la economía del agua y en el hogar somos nosotras las mujeres”. 

De acuerdo a diagnósticos realizados por el proyecto se logra identificar una desigualdad muy marcada, tanto en el sector rural como el urbano: el doble tiempo de trabajo que las mujeres realizan. Ya que algunas mujeres trabajan prestando mano de obra, doméstica, otras en privados o empresas.

“Nosotras además de trabajar fuera, tenemos que dejar hechas todas las labores del hogar. Antes de salir a trabajar levantarnos muy temprano para dejar preparado alimentos, luego salimos a trabajar y al regresar ver a los hijos limpiar, otras lavar; son muchas tareas; eso es el “pan diario”, en comparación a las tareas que realizan los varones. Son pocos los hombres que ayudan en las tareas diarias; comenta, Joseline Eunice Martínez, Tesorera CAPS Las Nubes.   

Conocimientos aportados en los talleres

Para Oneyda Ulloa, Tesorera del CAPS Juan José Briceño, “estas capacitaciones son muy relevantes pues hoy aprendimos una gran diferencia entre el concepto de género que es el comportamiento en la sociedad y el sexo es lo que nos identifica como hombre y mujer.  En el intercambio con otros CAPS también me di cuenta de las desigualdades que se presentan por no valorar nuestro trabajo y nuestro aporte, tanto en el hogar como en la sociedad”.

Los talleres se convierten en espacios de reflexión para representantes de los CAPS, tal es el caso de Maricela del Carmen Prado Espinoza, Secretaria CAPS Pellizco Oriental quien narró un momento particular en su hogar, “mi vivencia ha sido que antes, no nos tomaban en cuenta en las decisiones del hogar porque creía que no aportaba nada en ella. En lo personal no valoraba mi trabajo. Hoy aprendí que mi trabajo tiene valor.  Y que tanto mi esposo como yo aportamos en el hogar”.

Al concluir la capacitación la reflexión final realizada con las juntas directivas de CAPS, es que el empoderamiento parte de la toma de conciencia respecto a las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres, en las que unos ejercen dominio y control sobre las otras.  Puesto que al tomar conciencia, se identifica la necesidad de organizarse, realizar esfuerzos de crecimiento personal y empezar a ejercer "cambios de actitudes ante la vida diaria para hacer valer nuestros derechos".